Si bien en días como hoy pensamos en todos los logros que se han alcanzado a lo largo de la historia con relación a la equidad de género, no podemos desconocer que existe todavía mucho camino por recorrer. Hoy en pleno 2023 ningún país en el mundo ha alcanzado el 100% de igualdad (UnWomen 2021), de los países democráticos del mundo solo un 6% están presididos por mujeres, todavía hay lugares en el mundo donde la mujer no puede votar, abrir cuentas bancarias, estudiar, o tener libertad para elegir lo que quiere hacer con su vida.

En el Ecuador: 

Según datos del INEC, dentro de la población económicamente activa solo 2 de cada 10 mujeres tuvieron un empleo adecuado, la mujer Recibe un 20% menos de salario que el hombre y las mujeres en puestos estratégicos se encargan del 80% de las tareas de cuidado, lo que incrementa y a veces duplica las horas de trabajo frente a los hombres. 1 de cada 10 gerencias generales son ocupadas por mujeres (IPSOS 2017) y esto se contradice con los datos de graduaciones de universidades: Más mujeres se gradúan de la universidad y obtienen mejores resultados,sin embargo acceden a trabajos menos estables y peor remunerados y adicionalmente, según el último reporte de Deloitte sobre la mujer en el trabajo 2022, una de las conclusiones más relevantes es el agotamiento generalizado y el aumento del 59% de los casos acoso o microagresiones en el trabajo.

Equidad en el mundo moderno:

Existen numerosos estudios que ratifican que el promover prácticas de igualdad de género dentro de las organizaciones es un buen negocio. Y ojo que estos beneficios son para hombres y mujeres ya que el trabajar en ambientes diversos, respetuosos y que promuevan las mismas oportunidades, hace que colaboradores se sienten a gusto, que puedan realizar sus actividades con tranquilidad y según Deloitte, se generan altos niveles de compromiso, confianza y satisfacción profesional. Otra ventaja es el incremento en el retorno del capital invertido (Mckensey 2017) , mayor posibilidad de innovación y creatividad en las estrategias (Catalyst), refuerzo de la imagen de la marca y su reputación y las organizaciones se convierten en un referente empresarial y en un empleador de preferencia. (Mckensey 2017)

Existen organizaciones donde se han implementado buenas prácticas para generar espacios más equitativos. Por ejemplo en las que empresas cuyo giro de negocio es más “masculino” (por el estereotipo de que las actividades más operativas o que requieren fuerza deben ser ejecutadas por hombres) han empezado a incorporar a mujeres a través de talleres de capacitación y formación, y los resultados han sido fabulosos, inclusive en una organización se redujo casi a cero la tasa de accidentes de los montacargas al incorporar mujeres que los manejen. 

En un mundo tan desafiante como el que vivimos, es imperante que dentro de nuestras estrategias organizacionales esté incorporada una misión, un propósito orientado a generar impactos positivos en las personas y en la comunidad, a ser agentes de cambio que nos permitan trascender en el tiempo. Creemos que la igualdad de género más allá de ser un derecho humano, un derecho universal, es un buen negocio para las organizaciones y que solo se logran cambios relevantes en la medida en que este propósito más allá del benchmark o de los stakeholders, sea real y transparente, que se genere desde la alta dirección y esté encaminado a buscar un mundo más equitativo para nuestros hijos y nuestras hijas.

Edith Iturralde